21 jun 2011

CULTURAS JUVENILES


Asistimos a la materialización de una sociedad cada vez más cambiante y diversa, con múltiples identidades. En este contexto, los(as) jóvenes han presentado retos a la sociedad y sus gobiernos: diseñar políticas públicas cada vez más complejas que den cuenta de la dinámica generacional y social de esta población en particular. El universo juvenil, entendido como un campo social que, aunque particular generacionalmente, resulta complejo y diverso en sus acciones, ha transformado las maneras de valorar espacios básicos de la sociedad como el trabajo, la escuela y la familia.
La escuela, particularmente, se encuentra frente al reto de una permanente búsqueda por comprender la cambiante dinámica juvenil y la integración de estas perspectivas en el aula y el currículo. En una misma institución educativa pueden cohabitar diversas Culturas Juveniles,[1] con sus prácticas y perspectivas de vida, aspecto que requiere, además de valorado, ser escuchado por sus propios actores. En resumen, se requiere una compleja acción pedagógica que contribuya a la búsqueda de una sociedad más democrática y pluralista.  
La juventud contemporánea es el resultado del largo proceso histórico del siglo XX. La juventud de la posguerra, presentó al mundo un panorama de acciones basadas en ideales de la modernidad ilustrada, que tuvieron cabida en las profundas transformaciones de los años sesentas y setentas del siglo XX. Los tres pilares básicos de la modernidad: marxismo, psicoanalismo y existencialismo, generaron un ambiente de ideas propicias para un campo de conflicto que cuestionó diversas expresiones de dominación y abuso de poder. 
La juventud de posguerra, lastimada por las atrocidades de la guerra, estaba dispuesta a generar cambios profundos en varios aspectos de la sociedad y la cultura. La visión teleológica y presuntamente imparcial de la razón, cuyo despliegue lineal llevaría a la consecución del progreso y la felicidad fue, tras las consecuencias de la barbarie perpetrada durante dos Guerras Mundiales, aquello que permitió nuevas miradas sobre la sociedad de consumo y sus consecuencias.
  


Ciencia, arte y tecnología se unieron para generar a través del cine, la televisión y la literatura, una diversidad de movimientos juveniles con un futuro por delante y un mundo por transformar. De acuerdo con Jorge Restrepo: “Desde la ciencia social, como la psicología y la pedagogía, la espontaneidad sustituyó a la autoridad como principio”[2]Por primera vez, la juventud fue capaz de vivir en un mundo injusto consciente de la existencia de éste
Aunque han cambiado las temporalidades, seguimos en una pugna expresada entre la razón y el deseo, entre el sentimiento de desamparo y la confianza en el mercado. Punks, skinheads, shrap, rudeboys, neohippies, bohemios, skates, góticos, emos, candies, hoppers, entre otros, son las diversas expresiones juveniles que aún siguen ese mismo camino de comunicar y expresar sus sensaciones, sus posiciones de mundo en una necesidad de identidad humana dentro y más allá de la razón.
Más que un genérico rechazo, estamos frente a la necesidad de comprender la dinámica social de los jóvenes desde sus propias voces, e integrar estas dinámicas en el proceso formativo y responder a los retos de una sociedad que, aunque constructora de lógicas globales, mantiene identidades y prácticas sociales referidas a grupos y espacios autoreferenciados. Una sociedad plurietnica y multicultural, como la consagrada en la Constitución de Colombia de 1991, requiere de una ciudadanía más activa y participativa en y para sus propios procesos, creando convivencia y profundizando la democracia.   
Las múltiples Violencias Juveniles, además de ser un fenómeno nacional no sólo presente en la Comuna 13, urgen de una salida que las diferencie del tratamiento al crimen organizado, la creación de oportunidades para el ejercicio efectivo de los derechos más allá de los reiterados llamados a la “mano dura”. Educación con cobertura y calidad, una política de industrialización, crédito y formación junto a una política social integral son las posibilidades de construir futuro.          



[1] Entendemos por Culturas Juveniles el “(…) conjunto heterogéneo de expresiones y prácticas socioculturales juveniles”; estas prácticas socioculturales incluyen una agregación juvenil, es decir, la pertenencia a un grupal social particular y un adscripción identitaria que lleva a los jóvenes hacia la apropiación y construcción de identidades, discursos y estéticas. Para una ampliación teórica de las Cultura Juveniles, véase: REGUILLO Cruz, Rossana. Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto. Bogotá, Norma, 2000. P, 55 ss.        
[2] RESTREPO, Jorge. La generación rota. Contracultura y revolución de posguerra. Bogotá. Editorial Planeta, 2002. P, 28.                                  http://www.youtube.com/user/oscarmur2010?feature=mhee#p/a/u/1/PmsVxibJ_ng